En España se ha normalizado ya comprar un móvil y que venga sin cargador en la caja. De hecho, empezamos a ver los primeros modelos que vienen incluso sin cable.
Y aunque el puerto USB-C está ya estandarizado, hay que tener más cosas en cuenta a la hora de comprar un nuevo cargador.
Esto es así porque elegir un cargador adecuado para el móvil es crucial para asegurar una carga eficiente, proteger la batería y garantizar la seguridad.
Por supuesto, el primer paso es identificar el tipo de conector que utiliza el teléfono. En la inmensa mayoría de los casos será el conector USB-C, que es el estándar actual.
Con todo, es importante saber si vamos a usarlo también para cargar dispositivos con un conector Lightning o Micro-USB.
Por supuesto, hemos de saber si el cable de carga viene con el cargador, con el móvil o hemos de comprarlo aparte, pero esa es otra elección.
Potencia de carga
La potencia, medida en vatios (W), determina la velocidad de carga. Es fundamental conocer la potencia máxima que soporta el móvil, la cual se encuentra en las especificaciones del dispositivo.
Cargador de 66 W
El Androide Libre
De nada sirve comprar un cargador de 65 W si el móvil solo acepta un máximo de 25 W, dado que el móvil limitará la carga a su capacidad máxima.
Un cargador con más potencia que la requerida no dañará el dispositivo, pero el extra no se utilizará.
Eso sí, si vamos a usar el cargador para varios aparatos, como empieza a ser normal, es importante saber la velocidad de carga rápida del más potente de los que vayamos a cargar.
Tecnología de carga rápida
Si un móvil soporta carga rápida, hay que verificar que el cargador sea compatible con la tecnología específica que utiliza tu dispositivo.
Realme con carga rápida de 240 W
Los estándares más comunes incluyen USB Power Delivery (USB-PD), que es un protocolo universal muy versátil, y Quick Charge (QC) de Qualcomm.
Otros fabricantes usan tecnologías propietarias como SuperVOOC (OPPO) o Adaptive Fast Charging (Samsung).
Elegir la tecnología adecuada es imprescindible para alcanzar las máximas velocidades de carga prometidas.
Algunos modelos, por ejemplo, prometen cargas de 80 y 90 W, pero sólo con sus protocolos propietarios (esto les pasa mucho a marcas chinas) pero las velocidades son sustancialmente menores con cargadores con USB-PD.
Seguridad y certificaciones
La seguridad es un aspecto no negociable. Un cargador de baja calidad puede causar sobrecalentamiento, sobrecarga o, en casos extremos, daños graves.
Hay que buscar siempre cargadores con certificaciones de seguridad reconocidas, como CE (Conformidad Europea), FCC o RoHS.
En el caso de Apple, el distintivo MFi (Made for iPhone) es una garantía de compatibilidad y seguridad. Estas certificaciones aseguran que el producto ha sido probado y cumple con las normativas para proteger al usuario y al dispositivo.
Marca y calidad de construcción
Optar por marcas reconocidas o por cargadores con buenas reseñas es una inversión en fiabilidad y durabilidad.
Un cargador de una marca de prestigio o un accesorio original del fabricante del móvil suele incorporar mejores materiales y una electrónica superior que garantiza la protección contra picos de tensión y cortocircuitos.
Aunque sean más caros, evitarás el riesgo de comprar una falsificación o un producto con componentes de baja calidad que puedan fallar prematuramente o, peor aún, dañar tu teléfono.
Además, el precio no suele ser demasiado alto, así que es mejor pagar 30 o 40 euros por un buen cargador que 6 por uno que pueda darnos problemas.
Número de puertos
Algo que no mucha gente tiene en cuenta es cuántos dispositivos necesita cargar simultáneamente.
Anker Prime Charger (200W)
El Androide Libre
Los cargadores multipuesto (con varias salidas USB-A y/o USB-C) son ideales para casa o viajes, pero hay que asegurarse de que la potencia total se distribuya de manera eficiente entre los puertos.
Además, si planeas viajar con frecuencia, un cargador compacto o con tecnología GaN (Nitruro de Galio) será más pequeño y ligero sin sacrificar potencia, facilitando su transporte y almacenamiento.
