Tras usar una tablet y un smartphone durante semanas, me ha quedado claro que la mejor opción es un plegable

Hace una década parecía que en España las tablets iban a ser la siguiente gran revolución tras los smartphones.

Esto fue tan así que incluso las marcas llegaron a inventar el término phablet, un móvil con una pantalla muy grande.

Claro que, en aquel momento, muy grande significaba poco más de 5 pulgadas. Actualmente es casi imposible encontrar móviles con menos de 6 pulgadas.

Poco a poco las tablets han ido quedando relegadas, con nichos de uso muy válidos, sobre todo en ciertos trabajos, para estudiar o para entretener a los más pequeños.

Pero eso de que en cada casa hubiera una tablet no se ha llegado a concretar. Y yo mismo he vivido en parte el motivo.

De plegable a tablet y móvil

Durante los últimos meses he estado usando un Samsung Galaxy Z Fold 7 como móvil principal, incluso pudiendo tener otros modelos más potentes, con mejores cámaras o mejor batería.

Pero desde hace una semana lo he tenido en un cajón, porque he estado probando a la vez un móvil normal y una tablet. Y eso me ha demostrado que lo echaba de menos.

La comodidad que te da el plegable es muy elevada, sobre todo cuando estás haciendo algo tú solo y, de pronto, quieres compartir algo con alguien, un documento, una foto o una web.

Poder cambiar entre una pantalla pequeña y una grande sin cambiar de dispositivo es algo que solo se valora cuando lo has probado, y luego te lo han quitado. Obviamente, hablo de plegables tipo libro, porque los tipo concha no tienen esas ventajas.

Además, la tablet me ha resultado pesada en muchas ocasiones, cuando quería tenerla en la mano mucho tiempo, porque estuviera jugando, por ejemplo.

El plegable no deja de ser un aparato de unos 200 gramos, aunque evidentemente tenga algunas desventajas como la duración de la batería. Y para funciones concretas, como el diseño, es mucho más versátil.

El precio es importante

Por otra parte, el precio de un móvil actual de gama alta, sin ser premium, se acerca a los 1.000 euros, y una tablet de gama media, sin grandes aspiraciones, se va ya a los 300 o 400 euros, si no más.

Esto hace que, en conjunto y salvo excepciones, hablemos de un importe que, si bien no llega aún al precio de un Fold de Samsung, Pero sí que nos daría para un HONOR Magic V5, un plegable tipo libro muy capaz, que se puede comprar por unos 1.500 euros.

Poco a poco los plegables se irán igualando en precio a muchos de los móviles de gama alta y, aunque en algunos aspectos no los superen, su conveniencia puede que convenza a cada vez más usuarios.

De hecho, el Z Fold 7 de Samsung está siendo un éxito de ventas, muy por encima de los plegables tipo concha. Incluso creadores de contenido como Rebecca Farsace han decidido que es el móvil del año.

Y eso implicará que las tablets perderán algo de mercado. No es que vayan a desaparecer, pero sí que se quedarán como un dispositivo, aún más, de nicho.